Cuando las bujías están dañadas o sueltas el auto responde en mayor medida bajo deficiencias o desperfectos de carácter energético o de propulsión. Mayormente, se tratan de factores de desgaste asociados al uso y el tiempo los que repercuten en la efectividad de su funcionamiento. Por otra parte, accidentes, caídas bruscas y otro tipo de vibraciones puede ocasionar que las bujías de suelten del sistema ocasionando fenómenos similares. En cualquier caso, debe prestar atención a los siguientes tres hechos mecánicos que evidencian un problema en la bujías en cuestión.
Imagen de Arek Socha en Pixabay.
Síntoma 1: Intermitencia en la luz de verificación del motor.
Se trata este del síntoma más directo y evidente de que las bujías están dañadas o sueltas, Esta luz suele ser indicador de hechos como una eficiente quema en la mezcla de aire y combustible. Por otro lado, también evidencian problemas como contaminación con aceite o un alto contenido de calor acumulado sobre la pieza. El encendido de este indicador implica que uno o más cilindros pueden quedar inhabilitados por completo.
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Síntoma 2: Problemas en el Ralentí.
En condiciones normales el ralentí de un vehículo automotor se encuentra siempre entre unos valores máximos de 600 y 1000 RPM. Sin embargo, cuando las bujías están dañadas o sueltas se observara un funcionamiento cada vez más irregular. Mayormente, se observaran vibraciones continuas en el sistema a medida que este fenómeno ocurre.
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Síntoma 3: Problemas de aceleración y arranque.
Normalmente, esto se traduce en dificultad para iniciar procesos de velocidad. El automóvil puede así sentirse pesado y áspero en su funcionamiento habitual. Con mucha dificultar para arrancar y mantener la potencia durante el trayecto. Bajo otros casos más graves se puede dar el proceso de aceleración brusca del vehículo en su totalidad. Habitualmente estos fallos pueden confundirse con problemas de bobina de encendido o fallos del filtro de combustible.