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 Preparar el auto para la ruta involucra un conjunto de procesos de diagnóstico y revisión. De este tipo de actividades depende la seguridad tanto del conductor como de los ocupantes durante toda la duración del trayecto. Es importante considerar que los métodos de revisión dependen en gran medida del tipo de auto. Además, del tipo de destino o condiciones ambientales o meteorológicas durante la travesía. A nivel general, es posible asegurar que al menos los sistemas se líquidos, neumáticos y mantenimiento resultan indispensables para su verificación antes de cualquier viaje o travesía de larga duración. A continuación se presentan las tres principales claves para su mantenimiento.

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 Generalmente, cuando los cables de la batería están sueltos sus efectos suelen confundirse con los de una batería defectuosa o averiada. Ante estos casos, resulta importante realizar una inspección general y detallada del sistema antes de asistir a complementos o repuestos. Naturalmente, los fallos en cables se traducen en una importante pérdida de potencia y de rendimiento del automotor. Más evidentes se vuelven este tipo de problemáticas cuando tras instalar un repuesto de batería nuevo los problemas energéticos no cambian. Los siguientes tres síntomas son las señales más clásicas de tales tipos de desperfectos, a los cuales deberá prestar atención para encontrar una solución acertada a este tipo de contratiempos.

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Existe una razón básica para revisar y tener en consideración los fluidos a revisar antes de viajar por la ruta. Y es que la lubricación y otros fenómenos de transporte mecánico de su auto son soportados por estos. Por ende, tener el volumen, calidad y suministro de estos sistemas de líquidos bajo control es un hecho que garantizara la seguridad tanto suya como de sus ocupantes durante todo el recorrido.

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Cuando el fluido del limpiaparabrisas deja de salir, es evidencia de un fuerte grado de obstruccion de dicho sistema. El detalle técnico a considerar y que es más importante en dichos casos es localizar la pieza del sistema que se ha obstruido en cuestión y reemplazarla.

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Un que auto huele a goma quemada es indicador de la existencia de un fallo mecánico en cuestión. Es importante destacar, que el olor a goma no necesariamente implica que el material quemado sea en realidad un componente sintético.

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Cuando el auto tironea al frenar es posible atisbar diversos síntomas de desgaste mecánico asociados al mantenimiento. Estos daños potenciales se hacen evidentes mientras el sistema de transmisión se expone al fenómeno físico de la velocidad en decrecimiento.

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